Es indudable que estamos viviendo un cambio de paradigma en la jubilación que se puede abordar desde muchas y muy diferentes perspectivas. En mi opinión los aspectos más significativos no solo tienen que ver con los generacionales, sino entre muchos otros, con los cambios tecnológicos y demográficos, pero principalmente con la actitud con la que se debería enfrentar esa nueva fase de vida.
Aspectos generacionales
La generación de los Baby boomers o cercana a los Baby boomers culturalmente tiene muy arraigada la idea de que la jubilación tiene que ver con la edad (entre los 60 y 65 porque así lo establece el IMSS), que es cuando la actividad laboral y profesional llega a su fin, se imaginan una época de descanso total, con la imagen del viejito viendo la tele desde su sillón o en un camastro debajo de una sombrilla en la playa, entre otras, por lo cual a veces se resisten y lo posponen indefinidamente . Difícilmente se ven lidiando con las dinámicas familiares porque no lo hicieron durante muchos años por estar trabajando de sol a sol, piensan que ya se les fueron los años “dorados”, y muchas otras cosas más. Estas ideas están así de arraigadas porque vienen de costumbres, situaciones y ejemplos de las generaciones anteriores, de cuando la esperanza de vida a los 60 era de 70 años y si alguien se jubilaba a los 65 entonces sí, era justificable que se dedicaran merecidamente a descansar por los pocos años de vida restantes.
Las nuevas generaciones tienen dinámicas y situaciones muy diferentes y estarían muy equivocadas si tuvieran el mismo acercamiento al tema que los baby boomers. De hecho, tienen la gran ventaja de tener el tiempo para prepararse mejor, así como aprovechar las oportunidades que brinda un mundo tan cambiante en todos los aspectos, si lo saben leer. Actualmente ya hay tendencias de las nuevas generaciones a “jubilarse” cuando logran ciertas metas financieras patrimoniales y/o tienen un propósito de vida más claro, y lo hacen independientemente de la edad.
Cambios tecnológicos
Innegablemente estamos en medio de una vorágine de cambios tecnológicos, que para nuestro tema resaltaremos los correspondientes a los avances en la medicina, que han provocado que la esperanza de vida a los 65 actualmente sea de 20 a 25 años más en promedio, con lo cual sería un error pensar en quedarnos a ver la tele desde el sillón. Hay mucho tiempo, salud y energía para aprovechar y dependerá de cada uno de nosotros si lo hacemos con calidad o no, es decir, de cómo nos cuidamos desde ahora para llegar con mejores condiciones a esa etapa larga de nuestra vida.
Cambios demográficos
La disminución de la tasa de natalidad en nuestro país desde hace ya varias décadas ha generado que las familias cada vez sean más pequeñas y que incluso muchas personas actualmente planeen no tener hijos. Desde la perspectiva de la jubilación, el apoyo familiar hacia los más viejos irá en disminución al tener menos familiares, y en el sentido contrario, la dependencia financiera de los hijos y familiares con el jubilado son temas de relevancia a preparar y resolver adecuadamente. Las nuevas generaciones no tendrán el mismo apoyo familiar que en el pasado por lo que es necesario que asuman la responsabilidad individualmente y comiencen su preparación sobretodo financieramente lo más pronto posible.
Ante el nuevo paradigma de jubilación, después de haber trabajado muchos años (30, 40 o más), en donde viviremos 2 o más décadas y quizás ya tengamos una buena base financiera para enfrentarlo y si no, la podemos seguir construyendo de diferentes formas, en donde hemos acumulado conocimiento, habilidades y experiencia para tomar mejores decisiones y más rápidas, en donde podemos profundizar en aspectos importantes que dejamos pendientes por estar trabajando, y en donde principalmente podemos orientar nuestra vida hacia una etapa llena de disfrute y propósito, no podemos perder tiempo y desaprovechar la gran oportunidad de vivirla placenteramente.
En nuestra experiencia, el único reto a vencer somos nosotros mismos, necesitamos conocernos más para saber qué queremos y cómo lo queremos, tenemos que cambiar el tiempo que dedicamos a lo demás y empezar a regalarnos algo de tiempo a nosotros mismos, así podremos profundizar y encontrar nuestras propias respuestas, que nadie más nos dará.
En Retirement Advising tenemos experiencia propia y apoyamos a nuestros clientes a que a través de nuestra metodología encuentren sus propias respuestas para vivir esa nueva etapa de vida con plenitud.
Sobre el autor
Enrique Marín
Experto en finanzas personales y retiro
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